La narrativa y los videojuegos han estrechado su relación aún más a raíz de las aplicaciones móviles.
Si bien los juegos de acción y las aventuras gráficas necesitan un guión para construir la trama (muchas veces comparten historia y personajes con la versión en libro), los juegos narrativos que llegan al móvil tienen un componente que es muy propicio a este tipo de soportes.
Y es así porque los juegos narrativos se basan en el diálogo y la interacción. Por tanto, hablamos de una ficción interactiva en la que el lenguaje es la herramienta principal. Los jugadores tienen que conversar con el protagonista y ayudarle a conseguir su misión, o a sobrevivir, como en el siguiente caso.
En Life Line se han hecho expertos en este tipo de juegos. Ponen mucho trabajo en la construcción de los diálogos, de modo que tengan sentido y parezca realmente que al otro lado de la comunicación a través del smartphone hay alguien a quien debemos ayudar.
La interactividad, además, no se queda en el intercambio de palabras con el protagonista (un mago, un astronauta, según la historia), sino que también emplea las notificaciones en el móvil para mantener el ritmo del juego, como si alguien nos enviara un mensaje, pudiendo contestar sin necesidad de abrir la app. El juego avanza, de este modo, en tiempo real.
Dado el éxito que obtienen muchos de estos juegos, no sería de extrañar que se desarrollasen en otros formatos como el libro, el cómic o la animación. Del mismo modo, y dada la importante parte narrativa en la que se basan, este tipo de iniciativas necesitarán de creadores que sepan manejar el lenguaje y la trama a través de los diálogos.
Quizá algunos autores puedan encontrar aquí una nueva vía para contar sus historias de manera interactiva.
Fuente: Boing Boing
Imagen: © Ottochka-Fotolia